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Grounding (diarios, III)

  • Foto del escritor: M
    M
  • 25 nov 2019
  • 2 Min. de lectura

Hay una técnica, recomendada para cuando empiezas a notar el inicio de un ataque de ansiedad, que consiste en enumerar mentalmente cinco cosas que puedas ver a tu alrededor, cuatro que puedas tocar, tres que puedas escuchar, dos que puedas oler y una que puedas probar. Te ayuda a reconectar con el momento en el que estás y no dejarte llevar por la corriente de pensamientos negativos. Bastante útil, en mi opinión.

Grounding en sí, si lo analizas, no es sino intentar mantenerte en el suelo, agarrarte a lo que hay, a lo que es y no a todo lo potencial que te lleva a la ansiedad. Así que creo que eso estoy intentando hacer ahora. Miro hacia atrás y recuerdo la cantidad de situaciones terribles que he atravesado sin inmutarme por mi capacidad de agarrarme a lo práctico, a lo que tengo que hacer, al getting your shit together and mind your own business. Supongo que tampoco es que fuese la solución definitiva porque al final, de un modo u otro tienes que procesar las experiencias que atraviesas, pero imagino que retomar lo que una vez funcionó como plan de emergencia no es tan descabellado. Al fin y al cabo soy S.

Me gustaría decir que de entonces a esta parte he aprendido a controlar, digamos, el terreno de aquello por hacer, lo que solo requiere constancia y concentración (bueno, solo) y la masa afectivo-mental. Pero no, la verdad. Más bien estoy moviendo brazos y piernas e intentando no hundirme, que ya es algo.

Sé que me estoy ahogando, pero al menos, logro mantener fuera la cabeza. Así que, por favor, no vengas tú a hacer olas.

Atentamente, María


 
 
 

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