El Rover Mars 2020 aún no tiene nombre (diarios, IV)
- M
- 2 dic 2019
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Estoy conteniendo la respiración, esperando a punto de cerrar los ojos porque diciembre va a pasar arrasando por encima de mí y probablemente abra ya los ojos en enero. Pero mantenerme ocupada (estresada) también es parte del plan, a ratos.
Siento que voy menos de la mano en el proceso ahora y eso me ha provocado un vértigo terrible estos últimos días. Pero hay que quitar las ruedecitas a la bici, claro (yo, que tardé dieciocho años en aprender a montar y no he vuelto a coger una).
De todos modos mi rincón del cielo está más o menos en orden; seguimos comiendo porciones de pizza por la calle, sacando instantáneas y ahora también nos vamos de viaje a Marte. Llegaremos en febrero de 2021 y nuestro rover aún no tiene nombre, pero ya se verá. Tampoco es lo esencial.
Se acerca mi época favorita del año, ya me he puesto el jersey de Navidad y esta semana montaremos el árbol y las luces. Va a ser extraño, pero intento recordarme que solo es un paréntesis en mi vida el hecho de que no vaya a llevar un gorro con orejas de Yoda este 24. Tendré que doblar la dosis de espíritu navideño. No importa, es mi trabajo como elfa. Saldremos de esta y volveremos a llevar todos adornos ridículos en la cabeza, te lo prometo.
Creo que tengo el día un poco tonto, como mis divagaciones están demostrando. Ya intentaré contaros algo con más sentido en otro momento. Sigo aquí.
Atentamente, María




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