Estoy bien, gracias —a Andrea Gumes (diarios, VIII)
- M
- 24 ene 2020
- 2 Min. de lectura
Estoy teniendo lucidez últimamente y me parece que no la estoy dejando ir, pero tampoco aprovechando del todo. Entonces la idea ahora es cogerla toda e invertirla, porque uno no puede desperdiciar eso porque falten energías, ¿sabes? Que estoy dejando la cafeína pero es que esto pasa muy poco. Lucidez digo, en plan, mental, cuando todo lo que consumes te llega sin ruido, sin leer tres veces el párrafo para entender solo vagamente, cuando asimilas, cuando sabes que con eso puedes llegar a producir tú algo.
(Me estoy expresando tan mal que empiezo a ponerlo en duda, pero mira, da igual, nadie me lee, tampoco es que me importe).
Lo que digo es que no me canso tanto cuando hago las cosas y hacía como, no sé, un año o así que yo no era capaz de verdad de concentrarme y creo que me voy a apretar las tuercas. Estoy oxidada (pero no destruida). Mierda. Ahora quiero una Grimbergen.
Esta noche voy al teatro. No sé por qué siempre escribo una entrada cuando voy al teatro. Y también (espero) me tomaré otra copa de vino.
Esta es la entrada de blog más inconexa que he escrito hasta ahora y aun así me parece bien porque es la que más se parece a un diario de verdad.
Querido diario,
hoy voy al teatro y a tomar vino.
Querido diario,
estoy protoescribiendo.
Querido diario,
se me acaban los Boca bits.
Querido diario,
ya no te quiero.
Diario,
ojalá tener la autoconfianza de los de marketing de Boca bits porque dicen que tienen forma divertida. Los Boca bits, que son cortezas y tienen... forma de corteza. Hay snacks ahí fuera que juegan con la física para hacer formas excéntricas y vosotros tenéis los cojones de decir que los vuestros tienen forma divertida.
Diario,
ya se han acabado.
Querido diario,
vuelvo a quererte.
Querido diario,
me voy.
Voy a escribir de verdad, chavales.




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