Autumn no es la chica de Tom Hansen (diarios, LXIX)

La verdad es que me encantaría que hubiese una secuela de 500 días juntos (que en un tiempo que ahora me resulta lejanísimo fue mi película favorita) en la que Autumn mandase a la mierda a Tom. Porque la verdad, Tom, es que Summer no lo hizo del todo bien contigo, tío, pero eres un puto plasta bastante mediocre. Y espero que después de que él le contase a Autumn toda su historia con Summer (la ex loca, eh), ella le dijese: vamos a dejar una cosita clara, ¿vale, Tom? Como me idealices te rajo.

Lo importante aquí es que ya es otoño (POR FIN) aunque siga haciendo calor de cojones. No esperaba tampoco otra cosa. Sur, qué poco me representas.

Escribo esto mientras intento calmarme pensando que la taquicardia que noto es un efecto secundario normal del bronquiodilatador que he tenido que usar porque me ha dado un ataque de asma por el hecho, nada normal esta vez, de que mi madre siga fumando con las ventanas cerradas sabiendo que lo de respirar yo regular. Claro que no dejó de fumar durante mi embarazo. No sé qué esperábamos ninguna de la otra.

La semana pues regular. El lunes pretendía yo llevarme la semana por delante de una. Los cuatro días antes de darle al play a Royal Roadtrip. Y resulta que no. Ni siquiera día a día, chica. Hora a hora y vamos viendo. Ni siquiera sé dónde trabajo esta tarde ni estoy del todo segura del horario.

Sigo grabando un segundo de todos mis días, sigo sin contestar mensajes, sigo leyendo, sigo escribiendo, sigo haciendo fotos, sigo cocinando, sigo haciendo listas, sigo.

Voy a pillarme una (como las llama F) pirula de las mías y a tirar cagando leches para el curro. Porque a veces la vida perdona (no es que sea el caso), pero la precariedad nunca.

Ya seguiré en otro momento. Esta entrada era solo un intento de no ahogarme, agarrar un inicio de ataque de ansiedad y retorcerlo y no tirar nada por los aires. Pero tot bé, amics.

Atentamente, María