top of page

Esa forma de mirar, como una lanza, como una flecha (diarios, XC)

  • Foto del escritor: M
    M
  • 15 may 2022
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 3 jun 2022

Llevo 15 segundos de mayo y tú no estás. Me he quitado la manía de ponerme más difícil todo esto, o estoy en ello. Pero no hace que te piense menos.


Ayer estaba buscando un enlace en mensajes guardados y apareció uno tuyo de hace algún tiempo en el que me decías que sentías no haberte quedado más, pero que tenías mucho frío; y que me querías. Ojalá hiciese frío otra vez y solo tuviese que lamentar que te has ido antes de pasarnos una hora despidiéndonos. Daba igual porque yo te contestaba normalmente: una pena, tendremos que vernos antes. Claro que nuestra última despedida sí fue larga. Así que supongo que no puedo decírtelo.


Me siento tan en ruinas que me obligo constantemente a hacer cosas saludables. Por ejemplo, digo sí a los planes. A todo el trabajo, pero solo si llego. Si estoy demasiado triste le escribo a I: ¿me puedes cubrir? También he vuelto a comer y voy a madrugar para pasear antes de ir a la biblioteca. He llenado la nevera de fruta y verdura fresca. Todo esto es por las ruinas. Quiero decir que me siento tan devastada que creo que si dejo de cuidar mis pasos solo un momento, será imposible para siempre reconstruir nada.


Creo que empiezo a aceptar que te has ido. No tenerte lejos, no no echarte de menos todo el maldito tiempo y no no llevar una polaroid tuya en la funda del móvil que nadie ve, pero al menos intento hacer habitable este espacio en que tú ya no. Por si acaso.


El viernes sonaron las canciones y me tatué. Ahora llevo una polilla en el esternón y a contrapelo en el muslo. Esta es mi forma de ser Si y atar en un hato todo esto que igualmente no sabría dejar ir. He decidido que si es mi naturaleza y de todos modos el dolor seguirá ahí aunque no lo mire, ¿por qué no mirarlo de frente cada día?


Mañana volveré a ser de titanio. Hoy me conformo con sobrevivir al curro y un vino. Un día a la vez funciona más o menos.


Echo de menos tus ojos por encima de todo. El sol arrancando el pardo de tu iris en la piscina. La tristeza, a veces. Cómo se me clavaba cuando me mirabas de cerca.


Atentamente,


María



ree


 
 
 

Comentarios


bottom of page