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have yourself a merry little xmas (diarios, CXVIII)

  • Foto del escritor: M
    M
  • 26 dic 2024
  • 2 Min. de lectura

...el día después de Navidad, sí. Nunca es tarde para los buenos deseos, supongo.


De todos modos, por razones obvias, siempre preferí la segunda parte de estas fiestas, aunque este año me estén trayendo de cabeza. Además, estoy mayor (y a punto de celebrarlo, los casi-veinti-todos; al filo de la navaja. Deseando abrazar los treinta pero siempre más cómoda en los impares, ya sabéis). Mayor para digerir tanto alcohol destilado, mayor para bailar de madrugada (o no, quizá, tengo que consultarlo con mis rodillas), mayor para pasar frío. Y sobre todo estoy mayor para para ilusión sin desconchar, inmaculada y radiante. Supongo que sí al confeti, sí a la purpurina, a las diademas de espumillón, pero pisando con cuidado, agarrando las expectativas de la camisa para que no suban demasiado y vigilando las espaldas porque si algo aprendes con los años es que la Navidad es el último ingrediente en el mezclador de cócteles del año y hay personas que ya llevan muchas burbujas dentro. De repente lo agitas y todo salta por los aires, lágrimas y gritos. Imagino que lo que intento decir es que espero cualquier cosa pero deseo simplemente algo sencillo sin dejar de ser mágico. Porque seamos francos, tampoco es que haya dejado de ser yo.


Quisiera agarrarme como pueda a estos días entre reunión y reunión al sofá, ronronearle de vuelta a L y enredarme con María. Recrearme en las palabras de N un domingo de diciembre entre villancicos en el frío de la calle y pensar que tiene que ser esto, esta compleja mezcla de lágrimas de emoción y de rabia, de felicidad y de tristeza la que conforman todo este desastre de luces de colores y una estrella dorada. Ver películas navideñas, ultimar algún regalo, jugar a mi autorregalo navideño y leer al calorcito de la estufa.


Y, por qué no, sacar mis nuevas copas verdes que compré y envolví para esa ocasión especial que ha entrado por la puerta como una corriente que todo lo arrasa. Mientras recoloco el temporal brindaré con ellas por todo esto, que sospecho que será todo un viaje.


Atentamente aún en el aire,


María.


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