If I send you my army, only you can desarm me (diarios, LXXXIII)
- M
- 1 may 2022
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Conviven en mí dos voces. Una dice que solo tengo que hacerme a la idea, como tú. La otra habla más alto. Es la que piensa que la propaganda de las rupturas es para otra gente. Para mí no, para ti no, para aquí no. Porque eso significaría que esto ha sido una más. Y puedes pensar cualquier cosa de mí, pero ni siquiera tú piensas eso de nosotros. Me preguntan: ¿y cómo están las cosas entre vosotros? Solo sé responder: somos F y yo. Lo cierto es que no puedo decir nada más porque no sé dónde estás, ni cómo, ni.
Me gustaría preguntarte cómo lo haces. Quiero enterrarme viva. ¿Cómo lo has conseguido? Dime de qué forma dejo de echarte de menos sin que me duelas en todo el cuerpo. Cuéntamelo, por favor. Empieza a darme vergüenza esta desesperación. Me gustaría no ahogarme en mi propio patetismo.
Han pasado cinco días. Cinco. El sentido común y algunos más me dicen que es muy poco tiempo. Pero hey, tú tienes que saber de lo que hablo. Dime que te acuerdas de los segundos que pesan como el plomo.
Intento poner un pie tras otro, pero cariño, camine donde camine solo puedo sentirme sola porque nadie más podría entender este incendio.
Hoy no tengo ni siquiera fuerzas para metáforas. Voy a volver a meter la cabeza entre los libros e intentar fingir un par de horas más que cada terminación nerviosa de mi cuerpo no se retuerce cada momento que pasa y tu voz no levanta mi nombre del suelo.
Atentamente,
María





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