Lo que es el agua, lo enseña la sed. E. Dickinson (diarios, XCIV)
- M
- 30 may 2022
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Hoy me he levantado después de haber dormido mucho más de la cuenta desde ayer. No es que me haya despertado tarde, pero pasé el domingo dormitando y llorando, me fui pronto a la cama y seguí.
Así que en el lunes toca recomponerse. Me doy ánimos yo solita, claro. También tengo los tuyos para dosificar. La cuestión es que he pensado en el carnet de conducir y en cómo en abril del año pasado me decías que no podías parar de pensar en mí, en nosotros en el coche escuchando música. Me rompe el corazón a pedacitos cada vez más pequeños. Otra vez tengo que hacer planes sola hacia yo qué sé dónde. Cada vez me queda menos esperanza. A mí, precisamente.
No sé si tengo mucho más que decir. Te echo jodidamente de menos.
Soporto los cólicos menstruales para donar sangre luego. Intento volver a llenar la cabeza de propósitos porque la alternativa es que se inunde de ti. Y luego quién te achica. Quién.
Agua de mi agua. Solo quien ha vivido la sequía y el diluvio sabe de lo que hablo.
Atentamente,
María





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