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Never knew I was a dancer (diarios, XVI)

  • Foto del escritor: M
    M
  • 2 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

No me pinté los labios de rojo, ¿sabéis? Quizá mañana. Sí las uñas. Me he quitado el rosa y la purpurina porque necesitaba algo más vibrante. Y el día me lo ha dado todo.


He llorado de alegría porque G por fin lo ha conseguido. Precisamente hoy, que Olivia, la hija de Marina, nacía. Las conecté muy pronto porque tienen no sé qué esencia en común, así que que G se haya emocionado con la noticia también me hace feliz. Yo, que empecé a seguir a Marina por todo esto de la ansiedad, y hoy veo en ella a mi G. Más que nunca. El mundo está lleno de bonitas casualidades.


Al salir al balcón, como cada día, a las 20.00h, llovía. Siempre saco las manos por la ventana y dejo que me moje y me inunde un poco y se lleve consigo lo que no me pertenece. Pero esta tarde, además, hacía sol. He subido a la terraza y, como era de esperar, había un arcoiris. Enorme, completo, colosal.


Abril y Víctor se han dado, además, el sí quiero. Bueno, el de los 17, ya sabéis. Pero después de (ocho) dos años, ha sido emocionante y tierno.


F me ha hecho otra playlist, algo que me ilusiona de una forma que no sé explicar bien. Yo, que soy la renegada de la música... supongo que las excepciones son lo que cuentan.


No sé qué más decir, pero sentía que tenía que venir a dejar constancia de que, aunque tengo un poco de tensión ahora mismo en la mandíbula, ha sido un buen día. En medio de la cuarentena, sí. Hay días llenos de luz en los que tomas café negro como el agente Cooper y eres incapaz de librarte del efecto de la cafeína ni siquiera diez horas después.


Tampoco puedo deshacerme de esta alegría tonta y del acento británico que siempre se me queda, pegajoso (aunque con gusto) de Doctor Who. No sé, no me voy a quejar de nada esta noche. Vengo a dejar constancia de que aunque a veces desee no estar viva, otras me alegro tanto, tanto, de seguir estándolo...


Esta mañana leí que el común de los mortales experimenta ahora, en el Estado de Alarma, el estado de alama continuo en el que vivimos las personas con trastorno de ansiedad y en realidad, sí. Es decir. A veces pierdo el control más de la cuenta. Ahora el peligro fuera es real, pero yo tengo miedo muchas otras veces cuando salgo a la calle, sin pandemias de por medio. A lo mejor ahora entendéis qué significa que todo tu sistema vea amenazas por todas partes. Bienvenidos a mi mundo. No está bien. Ojalá salgáis pronto. Ojalá salgamos todos.


Atentamente, María.



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