Por todas las Summer Finn (diarios, XIX)

Ni caso. Es que hoy me he reconciliado un poco a media tarde con el flequillo, me he hecho una coleta con lazo azul y tengo Summer vibes. Aunque siempre las he tenido según a long list of ex lovers (Starbucks lover if you know what I mean).

En realidad a lo que vengo es a recordar que el otro día leí a R decir que no echaba de menos tanto como debería y yo llevaba semanas con miedo de decir eso en voz alta. Me acostumbro pronto a bajar las persianas y quedarme dentro, es parte de mi capacidad de supervivencia (aka mi manera de adaptarme a la ansiedad).

No os escribo, apenas contesto, subo contenido porque lo cierto es que no me he muerto, ni me he desinstalado WhatsApp, Instagram, Twitter y todas las rrss del mundo porque me he aislado en una habitación y he perdido la cabeza, simplemente tengo malos horarios de sueño, poca energía y la invierto poquito a poco, día a día, en lo que menos me resta. Ahora mismo es algo así como un aquelarre que se reúne por las noches y habla o hace cualquier cosa, matando el tiempo en el que ningún mensaje puede alterarte la paz, estando despiertas en esas horas de nadie para levantarnos tarde y que se haya consumido al menos la mitad del eterno día.

No sé en qué punto estamos como sociedad, he oído algo de un segundo confinamiento en otoño, ¿cómo quieres que sepa en qué punto estoy yo como individua? No, no tengo ni idea. Claro que van a cambiar muchas cosas. Por supuesto que no nos abrirán las puertas un día y todo será como antes. Y qué.

Yo solo intento mantenerme cuerda. Suficiente.

Atentamente, Summer Finn, la que se corta la melena y no siente nada.

Pdta: Un precioso corte de mangas a todos los que alguna vez me llamaron así.

Pdta 2: Hoy me he tomado un ansiolítico y un antihistamínico y sigo alterada. Me debato entre una tila o un café porque hoy veré amanecer.