Qué van a saber de amores (diarios, CI)

Me dice, en el coche, que en su película favorita dicen do all lovers feel like they're inventing something? Y le contesto que no sabría responder, que puede, que es lo más posible. Pero que de lo que sí estoy segura es de que ella y yo sí.

Si logro encontrar el hilo invisible que nos une a ambas de esternón a esternón y tiro poco a poco de él, casi lo puedo ver brillar imperceptible a cualquier par de ojos por el tiempo. Noto su presión en ciertos momentos: cuando menciono una broma suya de hace mucho, o me pongo un pendiente dorado que perdí en el suelo de su baño, o cuando suena un grupo que he desterrado de mí misma porque cualquier canción que escucho me hace recordar el color exacto de sus ojos.

Así que ahora está ahí, despeinada y con una sonrisa distraída, acariciando mi mano y moviendo la cabeza al ritmo de una canción con los ojos cerrados y siento el cataclismo y la familiaridad a un tiempo. Es cometa en llamas, supernova ardiendo, antimateria, todo en su sitio exacto del universo que tiene que ser, que cómo es posible que no haya sido antes, que por favor, por favor, por favor no deje de ser así, a mi lado. Como ver una estrella fugaz un miércoles por la noche mientras preparas la cena. No es como si recién llegara, pero cómo me alegro de que esté aquí. Was sorta hoping that you'd stay... que dirían los Arctic Monkeys.

La vida no ha dejado de meter marchas y coger caminos angostos, carreteras a veces intransitables, mal iluminadas, al borde del precipicio. Pero de alguna forma ni siquiera noto el impulso de seguir mis miedos mirador abajo. Mantengo los sueños grandes y la cabeza alta; la navaja a la espalda, por si acaso y, en la otra mano, la suya.

Podría recurrir a todos los clichés del mundo. Podría porque, como diría L a R en sus votos, los tópicos, en ocasiones, son certeros. Y haremos mil referencias cínicas a todos ellos. Pero nos hemos traído la una a la otra más calma que tempestad, pese a que estamos llenas de tormentas. Y eso sí que no lo vieron venir.

Y qué más da, qué van a saber de amores.

Que quieras quedarte conmigo. O pirarte donde sea, pero en un Ford Thunderbird azul nácar... y conmigo, porfa.

Atentamente, María