top of page

razonamiento emocional (diarios, XXXII)

  • Foto del escritor: M
    M
  • 2 oct 2020
  • 2 Min. de lectura

Las situaciones no son lo que sentimos con respecto a ellas, las emociones son pasajeras, me dice la voz que habla con una tranquilidad que ahora me parece desquiciante desde mi móvil. Ya he dejado de llorar y probablemente tenga razón el audio de Serenmind, pero el empujón de las benzodiacepinas no es nada desdeñable.


No tengo hambre y eso me parece una putada un viernes noche en el que estaré en casa. Si pidiese comida china y me quedase un ápice de concentración en el cuerpo me daría un atracón, también de Anatomía de Grey. Pero la verdad es que probablemente no cene y me vaya pronto a dormir, porque los consejos que nunca desoigo son los de Jane Austen.


Estoy absurdamente triste y soy consciente de que tiene mucho que ver con el desajuste hormonal de estos días, pero me dices tú a mí de qué me sirve saber eso. Ah, pues no había terminado de llorar, mira qué bien.


Menuda entrada estoy dejando, eh. Qué cuadro. Pero oye, que yo entiendo que de casa se viene llorado, pero estoy en ella y encima en mi puñetero blog. A ver qué os creéis. También os digo que estoy tomando decisiones mucho más razonables de lo que esperaría de mí teniendo en cuenta lo desbordada que me siento y mi historial. Que eso no quita que ahora mismo la abuela de Lennie me diría que si tuviera ruedas en el culo sería un tranvía, porque si mi plan de viernes sigue por estos caminos de la autoayuda, un poquito de autocompasión me vais a permitir. Y aunque no, saes. Como si me importara.


Bueno, lo de validar emociones iba por ahí, creo. Espero que O esté orgullosa. Y Silvia, por escribirlas. Yo no lo estoy, pero tengo que pensar en algo con lo que mantener la mente distraída hasta que el chute haga efecto y quede KO.


Voy a hacer cosas distintas, creo. A incomodarme a posta esta semana hasta volver a sentirme en mí. Mañana me responsabilizo de todos los mensajes que tengo sin contestar, por cierto. Lo siento.


Hasta más ver, parroquianos. A la última ronda invito yo.


Atentamente, María.



ree



 
 
 

Comentarios


bottom of page