Siento que si te veo igual reviento (diarios, XCIII)
- M
- 29 may 2022
- 2 Min. de lectura
Porque desde el jueves nada a derechas. No salgo de una bruma de tristeza que me hace tropezar con mis propios pies.
El viernes tenía que entregar PACs . Pensé el viernes que eran para hoy. Así que por primera vez en todo el curso no he entregado. Y he tirado a la basura 2.4 puntos. El viernes hizo un mes. Te vi. Y justo después de sonreírte me picaban tanto los ojos que tuve que escaparme al baño para no romper del todo a llorar. Dio igual D, el del Mua, tuvo que venir a decirme que no pasaba nada, que estaba bien, que me pusiera las gafas de sol y nos fuésemos de allí. Llevo intentando no llorar cuatro días seguidos. Estoy exhausta. El viernes casi me tomé el Lorazepam de urgencia.
Hace... muchísimo. No sé cúanto exactamente, solo que muchísimo, que no tenía que tomarme una pastilla, bajar las persianas y meterme en la cama con la luz del día. Pero hoy sí. Las pocas fuerzas que me quedaban eran para obligarme a maldormir y no escribirte. No puedo más.
Estoy aquí, perdiendo la lucha contra las ganas de llorar, con media galleta de limón (creo que te gustarían mucho) y un poco de zumo, pensando en que J vuelve a mudarse aquí, en la suerte que tengo en LJ, en la escapada del martes con M, en lo cerca que estoy de muchos pasos importantes... y esta sensación tan paralizante que solo me hace querer rendirme.
He adoptado un pingüino del autocuidado en una app y creo que a este paso se me va a morir.
Ojalá no haber pensado que ya había pasado lo peor. Yo pensaba que podría verte. Que no pasaba nada. Se me hace marciano que no entiendas las consecuencias que tiene para mí tenerte cerca unos minutos. Me siento justo como al principio y es tan injusto.
De verdad que no puedo más. Ni siquiera un pie detrás de otro.
Atentamente,
María.
Pdta.: al final ganan las ganas, siempre.





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