without much fanfare (diarios, LXXII)
- M
- 1 nov 2021
- 2 Min. de lectura
«Here I am, in the middle of the night, without much fanfare, in a dark house somewhere in the world, sitting with my arms around you, and your arms are around me».
[entrada escrita el 16 de octubre que olvidé publicar]
It is otom. Ya se nota incluso a las 12 del mediodía, cuando el sol todavía pica pero a la sombra el fresco hace que se te erice la piel. Y todos mis colores tierra llenan el armario.
He empezado a patinar (o algo así).
La semana que entra debería ponerme manos a la obra con mis quehaceres de elfa navideña cuando aún no hemos llegado a juagolin, pero no me veréis quejarme.
Febrero es ahora una promesa preciosa. Me pongo incluso nerviosa de pensarlo. Pero confío.
He retomado terapia, además. Después de unos cuatro meses y a D le cuesta creer cómo avanzo. La verdad es que si algo entendí de Silvia es a utilizar las herramientas que me dan, no depender de quien las pone a mi alcance. De todos modos y aunque todo va mejor de lo que cabría esperar, vamos a empezar EMDR para trabajar lo que queda dentro, lo que puede joder en cualquier momento y sin avisos, que como ya sabemos es exactamente como funciona.
Parece que los demás no son tierras movedizas después de todo, tampoco. Hago puzzles con el trabajo y digo que sí a los planes. Me siento menos fuera de mí que de costumbre. Aunque tampoco quiero decirlo muy alto.
En alerta sí que estoy. A menudo. Pero aprendo a manejarlo también.
Anoche tenía un viernes un poco tontorrón y no me veía especialmente bien con nada. Me puse retales de aquí y allá y bajé las escaleras con poca convicción, pero F no paró de decirme en toda la noche lo guapa que estaba y me terminé sintiendo así. También me recuerda que solo puedo ir un día a la vez y siento como si me pusiera la mano sobre el muslo para relajarme cuando aprieto demasiado el pedal.
Aunque ahora esté acelerando de buena gana.
Aunque los coches de huída con él son música alta y pelo al viento.
Atentamente, María





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